Cómo escribir textos con lenguaje inclusivo

Si estás leyendo este artículo puede que te estés planteando aprender a escribir textos con lenguaje inclusivo. O simplemente has oído argumentos a favor o en contra pero aún no sabes muy bien qué es.

O por el contrario, quizás crees que es una tontería. En ese caso te voy adelantando que no estoy aquí para convencerte de nada.

Si escribo este post es para aquellas personas que como yo, quieren adoptar una forma de comunicarse en la que todo el mundo se sienta integrado y representado.

Personas que sienten que el lenguaje es una poderosa herramienta para construir una sociedad igualitaria y que no nombrar a la mitad de la sociedad perpetúa discriminaciones (las mujeres conforman el 50,98% de la población española según el INE de enero de 2020).

Puedes que seas tú esa persona. O no.

Si tu marca personal está sustentada por unos valores abiertamente feministas, debes adoptar un discurso y una forma de hablar que esté en consonancia con este pensamiento

(recordemos que tu marca y tu copy deben ser coherentes siempre)

Esta manera de comunicar es posible y se llama lenguaje inclusivo.

Pero antes de empezar con el meollo, me gustaría ponerte un poco en contexto de por qué empecé a escribir textos con lenguaje inclusivo.

¿Por qué empecé a usar el lenguaje inclusivo?

Yo no tengo estudios de perspectiva de género, soy una mujer cis y hace tiempo que este tema empezó a interesarme. Y debido a mi profesión, he acabado implicándome.

Te explico.

A menudo, las y los copywriters escribimos basándonos en un/a cliente/a ideal cuyo perfil puede ser un hombre o una mujer. Aquí no hay lío, si tu clienta ideal es una mujer hablas en femenino y si es un hombre en masculino.

¿Pero qué pasa en aquellos casos que quiero hablar de forma genérica a toda mi comunidad y no quiero excluir ningún género?

Como copywriter y diseñadora gráfica tengo una una comunidad en redes en la que siempre había usado el masculino genérico, a pesar de que mis seguidoras son mayoritariamente mujeres (sobre todo en mi Instagram).

Cuando empecé a informarme sobre el lenguaje inclusivo, fui consciente de la ambigüedad que supone usar el masculino genérico y que, al escribir de esta manera, estaba obviando a todas esas mujeres que me siguen. Como si al no nombrarlas, no estuviesen ahí.

Entonces vinieron a mi cabeza muchas dudas:

  • ¿Debería hablar en femenino todo el rato?
  • ¿Se sentirán excluidos con esto el público masculino que me sigue?
  • ¿Tendré a a alguien entre mis seguidores que no se identifique con ningún género?
  • ¿Habrá alguna manera de hablar más neutra respecto al género?

Por todas estas cuestiones, decidí comenzar a escribir textos con lenguaje inclusivo en mis publicaciones.

Porque no hace daño a nadie.

Y porque aporta en lugar de restar.

Por ello, estoy aquí para hablarte de cómo uso un lenguaje en mis textos que no excluye a las mujeres.

Empecemos por lo básico, que no veas si me enrollo.

¿Qué es el lenguaje inclusivo?

Es el uso del lenguaje abarcando a mujeres, hombres, personas transgénero y aquellas personas que no se sienten identificadas con un género concreto, es decir personas no binarias.

Usarlo implica ser conscientes de que:

  • Nuestra manera de hablar configura nuestra realidad.
  • Lo que no se nombra, no existe.
  • En nuestra lengua hay un machismo implícito.

Y requiere de un compromiso individual para hacer algo para corregirlo, evitarlo y no reproducirlo.

Y no, el lenguaje inclusivo no es ponerlo todo en femenino, ni poner una «a» donde hay una «o», como la gente suele creer.

Es también reflexionar cómo la palabra y el lenguaje puede ayudarnos a construir una sociedad mejor, que no discrimine ni que perpetúe el racismo, el sexismo, el clasismo, la homofobia… y un largo etcétera.

Hemos de reconocer en este punto que una lengua por sí sola no tiene por qué ser machista, pero las personas que se encargan de decir lo que es correcto o no, sí lo son. Y aquí me estoy refiriendo a los miembros de la Real Academia Española, que claramente se oponen a una reflexión y un análisis de la lengua con perspectiva de género.

De las 46 sillas que conforman la RAE, tan solo 7 están ocupadas por mujeres. Esto hace que las normas de la lengua no dejen de ser un conjunto de decisiones tomadas en su mayoría por hombres y perpetuadas por ellos.

Es el «esto se ha dicho así toda la vida» que deja entrever una inexistente empatía y falta de ganas de revisión interna del patriarcado.

Un ejemplo de lenguaje no inclusivo.

Como todo en esta vida, hay que ir poco a poco en esto de empezar a ver aquello que pasaba inadvertido a nuestros ojos. Por lo que te traigo un ejemplo muy ilustrativo de un uso del lenguaje NO INCLUSIVO.

Veamos este titular extraído de la prensa: «Científicos españoles colaboran en la creación de óvulos artificiales utilizando células madre».

Si lo leyese de forma literal creería que todos esos científicos son hombres. Pero de otro modo, tal y como está construida la frase, no tengo manera alguna de saber si hay alguna científica en el equipo o no.

Si la hay, ¿por qué no se la nombra?, ¿será que no hay ninguna mujer? , ¿o será que sí la hay pero al usar el masculino genérico queda oculta?

¡Cuántas preguntas por un simple titular!

Como solemos usar el masculino genérico para referirnos a ambos géneros, hay cierta ambigüedad en esto y depende de las dotes adivinatorias de cada una para averiguar lo que hay detrás de cada frase.

Como Aramis Fuster no me dejó la bola de cristal, busqué en Internet para indagar más sobre la noticia. Y descubro que hay 6 mujeres y 4 hombres detrás de esa creación de óvulos artificiales. Ante esto me pregunto:

¿No hubiese sido más acertado decir «científicas y científicos españoles colaboran en la creación de óvulos artificales utilizando células madre»?

¿O simplemente «científicas» al ser mujeres en su mayoría?

Me pregunto si, inconscientemente por este tipo de titulares se llega a expandir la creencia de que en la ciencia apenas hay mujeres. Porque si no se las nombra será que no las hay.

Una vez más aquí, creo que se nos está invisibilizando precisamente por no nombrarnos.

Usos y ejemplos de lenguaje inclusivo.

Pero entonces, ¿cómo escribir textos con lenguaje inclusivo?

No hay nada escrito ni establecido. A continuación te muestro las formas que utilizo yo para usar un lenguaje que no excluye a las mujeres, y que voy alternando según me parece.

Te animo a buscar las tuyas propias y uses aquellas con las que te sientas más agusto.

1. Escribir palabras de género neutro que no varían el sentido del mensaje.

Ejemplo: en lugar de decir «para todos los que necesiten saber», decir «para todas las personas que necesiten saber».

2. Incluir los artículos «el/la» o un pronombre relativo.

Ejemplo: en lugar de decir, «el solicitante de la ayuda», decir «el/la solicitante de la ayuda«.

En el caso de no ser un sustantivo que incluya a los dos géneros añado un «o/a», por ejemplo: «el/la interesado/a«.

3. Usar el término en los dos géneros variando su posición.

Es decir, no nombrar primero lo masculino por norma, sino ir alternando su posición.

Por ejemplo, «las y los estudiantes», «los y las estudiantes», «todas y todos», «todos y todas», «españoles y españolas», «españolas y españoles».

4. Utilizar términos que engloben a un colectivo o usar genéricos universales.

Por ejemplo, escribir “ciudadanía” en lugar de “ciudadanos”, “alumnado” o en lugar de «alumnos», «vejez», en lugar de «ancianos», «población española» en lugar de «españoles», «gente» o «personas» en lugar de «individuos».

¿Me vas siguiendo, no?

5. Emplear el femenino genérico cuando haya mayoría mujeres.

Esto es, si se sabe con certeza que hay más mujeres en un determinado grupo, referirse al todo con el femenino genérico.

6. Alternar el uso de X, E o @, para no designar ningún género en particular:

Esta la habrás visto seguramente antes. Por ejemplo, usar » lxs niñxs», «les niñes», «l@s niñ@s».

¿Cómo saber si estoy utilizando un lenguaje sexista o no inclusivo?

Lo mejor es darle la vuelta, invertirlo.
Si al poner al hombre en la situación de la mujer te suena mal o excluyente, lo más probable es que la frase original también lo sea.

Recuerda que la lengua española es muy rica, como siempre se suele decir, y habrá varias maneras de poder comunicar algo de manera inclusiva.

Por ejemplo podrías decir «el alumnado», o «los alumnos y las alumnas», o «las y los estudiantes», o «quienes estudian»… y todas estarían bien.

Lecturas recomendadas:

No quisiera despedirme sin darte una lectura de recomendación, por si te ha picado el gusanillo con esto del lenguaje inclusivo.

No es otra que el libro que me inspiró este artículo: «Ni por favor ni por favora» escrito por María Martín, feminista, licenciada en Derecho y especialista en intervención social con enfoque de género. En sus páginas repasa con acierto y humor (como a mí me gusta), nuestro diccionario y propone muchas herramientas para comenzar a utilizar un lenguaje inclusivo.

Si quieres indagar aún más, he encontrado en Internet una guía de guías del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, en la que viene recogidos enlaces de distintos manuales de buenas prácticas de diferentes autoras y universidades que son bastante interesantes.

Y eso es todo, que no ha sido poco.

Déjame en los comentarios si te he ayudado con todo este tochazo. Y si tienes alguna otra herramienta para escribir textos con lenguaje inclusivo y quieres compartirla, ¡bienvenida sea!

Besitos covid-free 🤸‍♀😘.

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